25.1.17

Papá.

El primer amor de toda niña es su papá. Si no es cierto, al menos sí es mi caso. Cada vez que mi papá me dejaba en el jardín lloraba hasta que él volviera a recogerme porque nunca quería alejarme de él. Aún lo recuerdo porque él lo sabía y alargaba más mi "sufrimiento" al entrar conmigo al jardín y hacerme creer que se quedaría un poco más.

Papá lo fue todo para mí y lo que él dijera era la ley. Me consentía y me acercaba a todas las experiencias que ahora son significativas para mí. Como que me guste mucho conducir porque él me llevaba en sus piernas al volante y yo juraba que quien conducía era realmente yo. Que comprara mi primera bici y saliera conmigo todos los domingos (sólo él y yo) para pasear por ahí, y ahora no haya quién me pare al rodar en mi bici. Como que me gusten mucho las galletas porque papá todas las noches al guardar el carro me regalaba galletas y no sabía que me emocionaba más, si su llegada o las galletas. Maybe both. Como que me leyera, no cuentos infantiles sino la nueva edición del Reader's Digest en español y me dejara intrigada con las historias que aparecían allí y ahora me guste mucho la lectura aunque no sea precisamente esa revista.

Papá ha sido la persona más importante de mi vida, y ni diré que para bien o para mal, porque no hay dualidades acá. Papá ha sido la persona más importante de mi vida y punto.

Ayer cumplió años y aunque sentí que el 2017 sería una mierda para él (sí, lo pensé, así) me conmovió saber y sentir el cambio que hay en él. Papá no ha sido justamente la persona más abierta del mundo, ser vulnerable le cuesta y expresar su sentimientos, qué te digo. Esa coraza tan fuerte e "indestructible" ha hecho difícil muchos años y su orgullo no lo tiene precisamente celebrando sus 64 desde la jubilación fumando una pipa y... bueno, no sé qué hacen los viejos jubilados, lo siento. No recuerdo cuando fue la última vez que decidí dejar de celebrar su cumpleaños porque su antipatía a dicha fecha y su grosería hacía imposible que su pequeña (yo y luego mi hermanita menor) le celebrara al primer hombre de su vida. Pero las cosas fueron cambiando y tal vez desde los 60 hemos celebrado su vida, porque papá es papá.

Ayer cumplió años y pude llamarlo con todo el amor del mundo para celebrarlo y sentir reciprocidad al otro lado de la línea, y sobretodo agradecimiento a la vida. Papá me dijo que estaba... no recuerdo ni las palabras porque ni él podía expresarlas (es todo un niño chiquito) pero era algo así como "felicidad" porque todo el día "no dejó de sonar el teléfono, me llamaron muchas personas". (Cabe aclarar que a papá nadie lo llamaba, no fui la única que se alejó con su antipatía cumpleañera...)

Se me eriza la piel de saber que papá empieza un nuevo año sumamente emocional y desde otro punto de su vida, más abierto y más feliz. Eso quiero creer.

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