Después de escribir para cumpleaños aquí, no pensé que faltara algo más por agregar, pero este fin de semana fue único. Tener en mi mesa a una griega, australiana, un jordano, dos sudafricanos, seis colombianos, un inglés-egipcio y una alemana que como excusa para estar utilizan mi cumpleaños es simplemente genial.
Colombianos, sudafricanos y australiana. El combo.
Hoy desperté pensando que por fuera de mi círculo familiar, nadie más celebró por mí. Y está súper bien. Dejar de pensar que las cosas deberían ser de una sola manera es muy sano. Siempre hay sorpresas y no decepciones.
Durante este fin de semana pasé del sentirme sumamente deprimida (sigo culpando el invierno) a estar en éxtasis y felicidad total. Sí, seguro fueron los litros de alcohol que hubo, why not? Definitivamente cualquier excusa para estar bien es válida.
Y en cierta forma refuerza lo que llevo pensando hace mucho (y sintiendo): no vine a otra cosa sino a ser feliz. Por ejemplo, hace muchos años, durante mi dieta vegetariana + momento económico crítico, optaba por comer poco (para pagar menos). Y aún así en muchas ocasiones no tuve que pagar por mi comida, la gente a mi alrededor me invitaba. Y es algo que sigue, no importa en este momento cuanto dinero tengo en mi cuenta bancaria (que ni yo puedo creerlo), la gente le encanta pagar por mí... ¡y a mí también me encanta!
Una de las tantas rondas de shots que quise pagar y no dejaron.
Es como si la vida me dijera que el dinero nunca va a ser una excusa para ser feliz. Va a faltar o va a sobrar, pero jamás se mete en el camino de mi felicidad.
YMCA
Y así quiero seguir: con la mente en alto y la certeza de que no hay otra cosa que ser, sino ser feliz.
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