25.11.17
Moscú
10.11.17
Bogotá - Moscú
27.10.17
Magia.
Anoche, por primera vez después de dormir muchas horas en la tarde no pude dormir en la noche. No inmediatamente, claro está.
Pero no me molestó porque por primera vez, él se quedó profundamente dormido entre mis brazos. Y qué bien que estaba despierta para ese momento. No me lo perdí.
Esto es magia. Nada más.
24.10.17
Астана - Павлодар
Están preparando la puerta número 40 del SVO de Moscú para el vuelo que me va a llevar finalmente a Kazajistán. Estoy nerviosa, tengo la ansiedad alborotada y el miedo gritando en mi cabeza.
Pero jamás me había sentido tan feliz. Tengo miedo pero se siente del putas. En menos de doce horas, amor, estaremos juntos. Por fin.
14.10.17
октябрь
Recuerdo que el mensaje era el mismo siempre: que estas haciendo con tu vida? realmente eres feliz? en serio vas a dejar que el miedo sea mas grande que tu?
Entonces decidi arriesgarlo todo. Tenia mucho que perder, pero tambien mucho que ganar. Y ahora, 15 de octubre de 2017 a mis 00:40 escribo esto desde un teclado que tiene letras en ruso tambien, al que no le encuentro las tildes por ninguna parte y por el que no pienso enloquecerme tampoco, sentada en una cama que no es mia y que me ha sido prestada mientras espero en Moscu a que me entreguen mi visa para finalmente estar con el. Por fin los dos al otro lado del mundo.
Hoy, despues de casi ya tres dias desde mi llegada a esta ciudad me siento inmensamente feliz. Y no es como que esto sea lo unico que me alegra enormemente. Dejar a mi familia pero haber compartido con ellos estos hermosos meses me hace sentir su calor y alegria desde aca, su amor y su compania. Me siento inmensamente feliz y a veces mientras camino por las calles o vamos de una estacion del metro a otra siento unas ganas enormes de llorar porque simplemente soy muy feliz y el miedo por fin dejo de ser tan grande. Y se volvio chiquito, tan chiquito que puedo jugar con el mientras contemplo esta hermosa ciudad.
Me encanta sentir como desde octubre 2016 decidi escribir algo diferente en mi vida. Y ahora todo es diferente, absolutamente todo.
Desde Moscu, con los mismos crespos y las mismas ganas de siempre,
Lyds.
18.9.17
Bogotá mejor para nadie.
25.8.17
Petit a petit.
23.8.17
Un correo de hace nueve meses.
Te amo, y aunque el opuesto al amor es miedo, sé que tengo miedo. Siempre lo he tenido. Y en algún momento podré vivir en paz con él. Ese no es el punto. Te amo y tengo miedo.
Sí, es cierto que acabo de salir de una larga relación. De una muy dura, muy intensa y que demandó de mí más de lo que pensé, estaría dispuesta a dar. Di más de mi, o mejor dicho, di lo que no soy yo y me perdí, demasiado.
Ahora , después de estas semanas de soltería auto impuesta, sé que perderme no fue lo peor. Ni siquiera lo mejor. Simplemente fue y le doy gracias a la vida porque así es. Me perdí, y persiguiendo al conejo me puedo encontrar con tantas versiones de mi como son posibles.
Lo que pasa es que eso, Sr. Ariza, Manuel, eso me da miedo. Le tengo miedo a esas versiones mías. Al otro lado, a lo que me pueda encontrar. Y sé que no soy la primera ni la última en sentir este miedo. Pero y qué? No me importa nadie más en este momento.
Y hablando de ese miedo, lo siento muy intenso contigo. Me demandas mucho, y no está mal. Me demandas mucho y no lo odio. ¡Me encanta! Creo que no es demandar... Es exigir. Estar contigo es un reto. Y soy una cobarde para los retos. No tienes idea.
Pero después de tanto tiempo, huyéndole a los retos, me he desgastado, una y otra vez. ¿Por qué? Porque claramente eso es lo que vine a aprender en esta vida, o no se presentarían tantos retos en mi vida. Pasaría otra cosa... pero no pasa. Eso es lo que hay, lo que es.
Tengo miedo a la vida que se me presenta frente a mi cuando te veo en ella. Cuando te siento. Siento que todo cambia y que nada puede ser común -normal- contigo. Como no lo fue conocerte, enamorarme y entregarme en cuerpo y alma a todo esto que ha pasado entre los dos. Ese, Sr. Ariza, es mi conejito de hoy.
Sé que no me has dicho nada, sé que no me has presionado, no lo siento así. Contigo todo fluye, enormemente. Y eso asusta, da miedo ver cómo fluye as it was meant to be.
Pero sé que para que siga fluyendo todo, yo también debo fluir. Y mi reacción en la vida ha sido la de resistirme. Aunque sé que nos parecemos en esto de adaptarnos fácilmente al cambio, aunque sé que sería fácil para mí adaptarme a lo que la vida me traiga, no dejo de sentir miedo... Qué mamera, si alguien hiciera un análisis textual de esto, marcaría la palabra "miedo" como la más usada. Eeeeeeen fin.
Mi conejito viene con algo más y es que este miedo que siento viene con la certeza de que contigo debo dar un salto muy grande. Llegaste a mi vida por algo, y aún estoy por descubrirlo. Y tal vez tú también conmigo, no lo sabemos. (¿No lo sientes así?, yo creo que sí, en eso sí pienso que te siento mucho).
Mi conejito viene con la certeza (y el puto miedo) de saber que viene un salto muy grande y que, esta vez, estoy dispuesta a dar. Quiero dar ese salto.
24.6.17
That was (two) TEN YEARS AGO this May
Propuse en el grupo de bloggers que escribiéramos sobre nuestro primer amor gay, aprovechando que estamos en el pride month y todo esto. Y me puse a pensar sobre mi primer amor y resulta que no, mi primer amor no es de hace diez años, sino de hace 11. ONCE.
Recuerdo que cuando conocí a E hace 12 años, no me caía bien, no sé por qué pero me parecía una niñita tonta y no la soportaba. Al siguiente año quedamos en el mismo curso porque empezamos el énfasis juntas y nos hicimos amigas inseparables. Le decían Pollo y así se quedó porque hacía como un pollito de verdad. Era una niña muy simple, no decía mucho, pero si te dedicaba el tiempo suficiente a ti y sólo a ti te hacía sentir importante. Y eso me pasó a mí. Pollo pasó mucho tiempo conmigo, me aguantó la época depresiva que tenía para ese entonces y sé (ahora que lo analizo) que muchas de esas crisis las utilicé para manipularla y tenerla a mi lado. Porque la quería todo el tiempo a mi lado, era la verdad.
Pollo no era linda, y ha decir verdad no es que tenga el récord de enamorarme de las más lindas, pero ante mis ojos ella era hermosa y nada más importaba. Pollo me tenía muchos apodos y ella me consentía mucho, muchísimo. Empezamos a tener frases entre nosotras y cosas que sólo ella y yo podíamos entender. Recuerdo mucho que nos decíamos todo con el número 3. Era algo, de una lista que ella alguna vez hizo y el 3 era que me quería mucho, y sé que ese número se volvió un te amo en sus momentos, un te adoro, un te... uff tantas cosas. Por ella quise aprender alemán por primera vez porque siempre me escribía frasesitas en su alemán de mierda.
A Pollo la quise demasiado y nunca me había dado cuenta del cómo. Ella no parecía gay, at all pero tenía la putica costumbre de morderme el cuello cada que se le daba la gana y God, me encantaba que lo hiciera (y sé, suena rídiculo decir que ella no era gay, pero pues... no lo era, jugó conmigo jaja). Y no fue sino hasta que un primo mío se dio cuenta de la importancia tan pendeja que le dí a uno de sus detalles que no caí en cuenta de mi gusto hacia ella. Al parecer era bastante obvio y yo no lo quería ver. Gracias a ese primo me di cuenta que sí: estaba enamorada de ella. No era un simple gusto, estaba muy enamorada de ella.
Luego pasó lo impensable. Pollo se hizo tan amiga mía que dejó de ser la mejor amiga de otra chica por estar conmigo. Esta otra chica (que ahora es una de mis mejores amigas, life's a joke) empezó a mentir y a decir cosas equis, cosas que nuestra profesora escuchó y no dudó en decirle a los papás de Pollo. Ellos decidieron sacarla del colegio, por su bien.
Esa fue una noticia de mierda, recuerdo tanto cuando Pollo lo dijo, sentí que se acababa el mundo (porque drama queen...) y Pollo, wow, también lloraba y llorábamos mucho porque no íbamos a estar juntas de nuevo. Ya luego en el colegio se regó el rumor y decían que éramos novias y que por eso éramos inseparables y por eso "la iban a echar". Recuerdo que nunca decidimos hablar de los rumores, y especialmente yo que no sabía cómo decirle que en realidad si me hubiese gustado ser su novia. Nunca fui capaz de decírselo.
Luego se fue del colegio y todo parecía insoportable. Tratábamos de hablar todo por teléfono pero no era fácil, tratábamos de vernos pero tampoco lo fue. Luego empezaron los rumores de que ella tenía un novio y dioooos, cómo me dolió. Y ya después empecé a hacer mi vida sin ella y para el siguiente año, en mayo, bueno tuve mi primera novia y todo porque en medio de la borrachera pensaba que mi amiga, la de la fiesta... era Pollo.
Sí, mi primer noviazgo fue un fiasco, en realidad siempre quise estar con Pollo y nunca se lo dije. Unos años después le confesé que era lesbiana, y ella dijo que ya lo sabía (chismes y lo mucho que se me notaba...) y después de eso no volvimos a hablar. Le dije que tenía algo importante que decirle y nunca más supe de ella.
Quería decirle que había estado enamorada de ella y sólo quería quitarme la espinita de saber si ella alguna vez había sentido algo por mí. Y aquí estoy, once años después todavía con la duda.
10.6.17
Y no fue lo peor que podía pasar.
He estado pensando en escribir un post sobre lo que esta ciudad lleva produciéndome desde este año, y con lo del robo de mi bici creo que me he venido inspirando más. Pero hoy no. Hoy no hablaré de eso.
Me robaron la bici porque sí. Porque no tenía el seguro adecuado, porque debí guardarla en un parqueadero bajo techo, porque no debí salir ese día. Porque sí. Y no fue lo peor que podía pasar. Justamente ha sido por la bici que me he aventurado a vencer muchos miedos. Lo dije aquí cuando hablé de mi bici y yo, o cuando hicimos esa travesía suicida hace ya casi dos años.
He sentido este año muchísimo miedo, no sé si más de lo que acostumbraba todo el tiempo o qué, pero sé que lo he sentido mucho. Ahora bien, cómo lo siento es totalmente diferente. Estaba pensando en quien era hace 10 años, tenía 14, faltaba poco para graduarme del colegio y sentía que lo peor estaba por venir. Le he tenido mucho miedo al futuro, siempre. No sé dónde lo aprendí, no sé por qué lo aprendí, pero así me configuraron y recuerdo que el pensar en ese vacío que vendría después del colegio me aterraba.
Si alguien me hubiese dicho que ese después iba a ser la mejor etapa so far de mi vida, no le habría creído, el pelear con mis miedos no me dejaba creerlo. Pero resultó que sí, que lo mejor que podía pasar era salir del colegio, dejar tanto drama y tanta depresión al lado y empezar a salir de la burbuja en la que vivía. Conocer la gente que conocí, incluso comer la mierda que comí junto a esas personas y surgir, una vez más del fondo.
He sentido muchísimo miedo y tengo un stack de miedos guardados que ni te imaginas. Hace casi dos años hice un taller y nos pidieron escribir nuestros miedos. Me bloquée al inicio, me dije: a ver, no seas ridícula, si transpiras miedo ¿ahora no vas a poder hacer una lista de tres miedos?... Salieron como 20 incluyendo el miedo a perder mi trabajo y que me robaran la bicicleta. Y a las arañas, ese fue el primero que escribí. Y fue justo lo que pasó este año: los miedos están, a veces son tan insoportables y se vuelven tan tangibles. A veces me tienen a medianoche llorando, con el corazón en la mano y miles de preguntas sin responder. A veces simplemente no sé, pero se sienten caminar en la piel, arañando y buscando una manera de romper el alma.
Este año sé que he sentido muchísimo miedo pero sé que el cómo se siente ha sido diferente. Y la bici me lo demostró, una bobada como esa me movió y creo que desde entonces los miedos andan revoloteando por todas partes, peor que antes porque ahora no hay manera de bajarme. Sí, me robaron la bicicleta y lo primero que me pregunté fue: ¿Y ahora qué? Ya está, ya se cumplió un miedo, ya se hizo realidad ¿y ahora qué?... Y gente, nada pasó. El mundo no se acabó, no morí. Lloré, claro, después de sentir que esa semana ya estaba una mierda como para añadirle más cosas así. Me resigné, claro. Pero gente, no pasó nada más. El peor escenario era quedar sin bici y así fue. Ya no estaba y punto.
Desde entonces llevo haciéndome la misma pregunta con cada miedo que me da: ¿qué es lo peor que puede pasar? y por fin hay un vacío grande, sin un miedo amontonándose encima de otro. Por primera vez siento que lo peor de todo lo que puede pasar es que... simplemente no pase. Que la vida no sea, que yo no me mueva, que me quede inmóvil al lado del camino.
Dani me envió esta imagen en marzo y no dejé de pensar que efectivamente no tenemos miedo, sino que lo somos. Somos ese miedo que nos come o somos esas ganas de aprender de ese miedo. Y espero que la vida en algún momento me cambie la visión que tengo del miedo como me ha cambiado en muchas cosas. Porque sigo creyendo que soy un enredo de crespos y miedos que nunca dejará de sentirlos y vivirlos. Sólo sé que por ahora está bien, más que bien porque de algún modo vivirlos y aceptarlos me van a llevar a algún lugar. Where I'm supposed to be. Y creo que lucharlos y negarlos sólo me van a detener. Tal vez no se cumplan todos mis sueños, y tal vez no tenga todo lo que quiero, pero quiero confiar que cada decisión que tome, con o sin miedo, me va a llevar a donde debo estar y a vivir lo que tengo que vivir.
1.6.17
Mi paso por Techo, parte 1.
Asistimos incluso a pequeños eventos fuera del barrio, como el Mundialito que se organizaba para mitad de año. Ya ni recuerdo si ese año ganamos o no (seguro no, porque no recuerdo, jaja) pero sé que de gritar tanto por los niños, perdí la voz al día siguiente.
Julio 2012 a Diciembre 2013: Las dos coordinadoras del plan educación general de todo Bogotá tuvieron que irse por la universidad (todos éramos niños en la universidad, unos ya terminando, otros empezando) y las vacantes quedaron abiertas. No sé cómo pero me animé un montón a postularme para coordinar todo el plan. Para quienes me conocen sabrán que mis problemas de autoestima no ayudan mucho y recuerdo que para la entrevista del plan lloré antes porque me sentí incapaz de hacerlo. Para sorpresa mía la entrevista era sólo una "formalidad" porque desde antes ya me habían elegido para quedarme con el cargo. Tampoco lo creí pero lo asumí. Traté de seguir subiendo a Altos del Pino pero no siempre lo pude hacer, el trabajo en la coordinación implicaba más cosas desde "oficina". Y desde ahí, sinceramente empecé a tener mis rayes con la gente de la organización. ¿Por qué?, porque Techo también era un club social y mucha gente iba para la foto, para hacer amigos y conseguir pareja. Así, sin más. Y mi co-coordinadora (que era nueva) iba también con esos planes. A veces discutíamos mucho porque nuestros ideales diferían mucho, o ella cuadraba cosas con otros planes sin consultar conmigo, simplemente porque andaba haciendo amigos. Y sí, así la cosa. Hasta correos y conversaciones incómodas tuve que leer desde el correo institucional que manejábamos. La pelea con ella a veces era muy seria. En fin, se fue ella a los 6 o 7 meses y empecé el trabajo con un biólogo de la Nacho. Camilo querido. Con él nos entendimos muy bien y aportó tanto. Desde la coordinación tuve muchas más ideas, cambiamos el plan un montón, hablamos con otros países para ver si podíamos hacer los cambios allá también. No entraré en detalles pero amé todo lo que pasó ahí, incluso todo lo que odié en su momento. (¡Y cómo no decir que conocí a Daniel allá!)
Para el segundo semestre del 2013 ya me había ido de la casa y sabía que para el 2014 se venía mi práctica pedagógica y monografía de grado así que me ausente un poco hasta que tuve que decirle adiós en diciembre a la organización. Eso sí lo escribí aquí.
Hasta vencer el miedo a los espacios pequeños para no retrasar la construcción...
En fin, Techo marcó una parte de mi grandísima y hace parte de mí, de lo que soy ahora. Después de escribir tanto, ahora sí tengo claro el porqué no hablo tanto de ello y porque pareciera que no fuera importante. Sobre eso hablaré en la segunda parte de este post porque ya está muy largo y qué mamera.
27.5.17
Actualización.
(Espero que pronto, estaremos Pez, Chesto, Delirante y Luna escribiendo sobre temas en nuestro blogs, por si se les antoja pasar y visitar. He aquí mi actualización para ellas)
Era el 2009 cuando empecé a escribir aquí y el mundo se reducía a estas cosas:
- recién me había graduado del colegio y no estaba en la universidad.
- estaba viviendo mi lesbiandad digamos que al máximo.
- creía que quería estudiar psicología y ser una buena psicóloga.
- creía estar enamorada de la Tonta.
- era amiga de Sexy.
- odiaba a mi papá.
- tenía mucho miedo del futuro.
- vivía con mis papás.
- y así... lo que recuerdo que escribía en Tengo una enfermedad mental
¿Qué ha cambiado desde entonces? Ufff pues
- entré a la universidad a estudiar la licenciatura en español y lenguas extranjeras en el segundo semestre del 2010, me enamoré rápidamente de mi carrera y por cosas de la vida me becaron en el 2012 y me gradué en el 2015. Por acá hablé sobre eso y mi falta de reconocimiento. Las ganas de estudiar psicología no se quitan, pero es más un hobbie, entendí que de manera profesional jamás lo haría. No estoy tan loca para ser psicóloga.
- desde que me gradúe entré a trabajar como profesora de inglés en un colegio cerca a Bogotá y si bien le agradezco a la vida inmensamente la oportunidad, no sólo de conseguir trabajo justo después de graduarme, y de empezar mi vida profesional "en forma", sé que en este momento no estoy nada contenta con él. No sólo extraño la academia, también odio un poco mucho cómo funciona la educación en este país, el negocio que es y en lo que me he convertido por estar en él.
- no soy lesbiana. Lo tengo claro y supongo que bisexualidad es lo más cercano que me puede describir. Después de salir de mi última relación lésbica con quien creí era la mujer de mi vida, resulté dándome la oportunidad de amar y enamorarme de un hombre. De esto hablé por acá y también sobre él, con quien tuvimos una relación desde el 2012 hasta el 2016. Sí, la relación más larga de mi vida, hasta ahora. Vivimos juntos desde el 2013 (o sea sí, ya no viví más con mis papás y hermanos). Vivimos disque en una relación abierta lo cual apoyó bastante mis ganas de besar a otras chicas (sólo besé a una por gusto) y que volviera a tener un pequeño cuento con mi ex (la Maga) cuando me gradué de la U. También apoyó la absurda idea de "no pasa nada tener algo con alguien más", lo que me hizo conocer hace un año a quien es actualmente mi novio.
- salí de casa apenas cuando cursaba sexto semestre de la universidad. Gracias a la beca no debía preocuparme por pagar mis estudios pero sí mantenerlos hasta el final. Trabajé en varias cosas random y el enfrentarme a las responsabilidades de adulto desde los 20 años me cambió bastante la vida.
- estoy en una relación a distancia con mi actual novio porque el drama en mi vida no puede faltar, pero no crean, es hermoso sentir tanto amor de y para el otro lado del mundo. También hablé de esto un poco y sé que a todo esto le debo un poco más de letras en el blog. Pero a veces por decisión propia, las letras se desvían a un correo electrónico y no acá.
- y hablando de drama, me alejé de Sexy y de todas las personas tóxicas de mi vida. Ahora más que nunca me siento absurdamente sola pero por primera vez en mi vida me tengo a mí. Y supongo que eso es ya un logro.
- no volví a hablar tanto con la Tonta y de hecho cerré su amistad desde la última vez que nos vimos después de que viviera 10 meses en EEUU. Ella, como buena dueña de su apodo, era una tonta que no hablaba y se reducía a decir pendejadas. Perdí contacto con ella y un montón de gente, sobretodo del mundo gay que también dejaron de hablarme porque tenía novio y no novia. La coherencia ante todo, eh?
- recuperé la relación con mi papá. No pasó de la noche a la mañana, pero fue uno de esos triunfos que surgieron a raíz de mi salida de la casa. Me fui en paz, la idea no era acabar la relación con mi familia ni mucho menos, pero todo funcionó porque la vida es muy rara a veces. Amo a mi papá con el alma y me alegra el corazón poder compartir con él como ahora lo hacemos.
- tengo miedo todo el tiempo, pero cada pequeña cosa que pasa a mi alrededor (por lo menos este año) me ha demostrado que jamás dejaré el miedo, porque para mí, tal vez como lección, está sobrepasarlos siempre y darme cuenta de lo que soy capaz a través de ellos.
Definitivamente lo que escribí acá no condensa los sentimientos ni aprendizajes de ocho años en el mundo bloggeril, pero es lo que puedo ofrecer por ahora, plus... ahí están mis otros post para ir mejorando la actualización. Espero leernos pronto.
Fun fact: siempre deseé que lo de Toy Story fuera real, quería que mis juguetes fueran mis amigos. Les hablaba todo el tiempo. Soy tan patética.
(Lezzoh, ¿ves? me urge tener amigos, ¡es un problema de infancia!)
30.3.17
Hace un mes exactamente escribí esto. Todo cambió o al menos un poco.
Todos los días me levanto sintiendo que me puedo deprimir, que es el día perfecto, que allí está la depresión esperándome para abrazarme fuertemente y esta vez no dejarme ir.
Todos los días pasa algo diferente y esa idea se pierde, incluso mientras camino sonámbula en mi cuarto y recupero las ideas sobre lo que debo hacer para empezar el día.
Hay tardes que siento que la vida va por ahí, va fluyendo y de repente quiero llorar. Quiero llorar hasta que se me nuble la vista y la cabeza duela y me la quiera arrancar de tajo.
Todos los días tengo más y más pensamientos y no sé cómo organizarlos. Sé que estoy desesperada, sé que no me conozco en esta situación y quiero salir pronto. Sé que quiero dormir y despertar cuando todo haya terminado.
Y hay otro montón de cosas que no sé, y tengo miedo. Tengo miedo de hacerle daño a los que están ahí, creo que si alguien ha de sufrir debo ser sólo yo.
18.3.17
Les traits de mon visage.
Abandoné el blog al momento de abrirlo porque en realidad sólo lo utilizaba para stalkear cuentas de españolas lesbianas que escribían bien. Luego conocí Blogger y abrí mi primer cuenta en el 2009. Desde ahí no he dejado de escribir aquí pero por alguna razón en el 2010 volví a mi anterior blog ese españolete. Ahí había publicado un par de cosas más y uno que otro extraño lo había comentado. Por alguna otra razón también decidí seguir escribiendo allá y de ahí salió un post que nunca olvidaré que tenía por nombre "les traits du visage" porque andaba para esa época aprendiendo francés. Pero nada más lejano a lo que estaba aprendiendo. Escribí ese post porque odiaba mi cara. La odiaba enormemente porque siempre estaba triste. Porque no importaba cuántas horas durmiera y que le hiciera siempre parecía triste, aburrida, ojerosa y no sé qué más. De eso se trataba ese post y escribirlo me dolió mucho y lloré. Se lo compartí a una chica con la que salí por unas semanas y no volví a saber de ella, ni del post ni del blog. Estoy segura que lo eliminé y por tonta no guardé el post. Creo que desde que lo escribí me prometí silenciosamente cambiar esos rasgos, al menos con una sonrisa.
Y lo logré, en el 2011 volví a verme al espejo de una manera diferente y cuando eso pasó lloré frente al espejo (puta, soy muy llorona) porque me vi feliz por primera vez. También escribí sobre eso en este blog y surgió un mini cuento que se llamó Espejo que presenté para cuarto semestre en la universidad y que escribí dos días antes del due date porque obvio... procrastination rules. También lo publiqué aquí y sinceramente lo odio, pero qué se le va a hacer.
El punto de este post es que llevo varios días sin soportarme en el espejo. Otra vez estoy triste y quisiera recordar qué escribí en ese post, a ver si cómo me veía en ese entonces es lo mismo que estoy viendo ahora y que de verdad no soporto. Quisiera recordar cómo describí mi cara y compararla con este ahora.
Lo único que me consuela de todo esto es que en el 2011 surgieron muchísimos cambios que lograron borrar esos rasgos un poco y quiero creer que de eso se trata este momento, de volver a tocar fondo para surgir y volver a cambiar. Volver a verme feliz en el espejo. Y hoy escribo, algo totalmente diferente a ese post pero con la esperanza de cambiar les traits de mon visage.
Let go.
Finalmente estalló y para bien. Empecé a ver todo de colores aunque la única luz que había en ese apartamento vacío era... bueno, no lo sé, sé que algo iluminaba y yo veía todo de colores. Antes de eso había empezado mi viaje de nuevo. Me sentí sobre la torre Eiffel y vi todo París debajo mío. ¿Cómo? No tengo ni idea. Luego traté de volver a "la realidad" y el miedo se hizo tangible, no reconocí mi cuerpo ni el espacio en el que estaba, no reconocía a las personas con quienes estaba y, mierda, no sabía quién era yo. Por más que lo intentara no podía recordar quién era, cómo había llegado ahí, quiénes eran esos y por qué estábamos ahí. Tuve miedo, como nunca jamás lo había sentido, o como tal vez lo siento siempre sólo que está vez fui 100% consciente de él. Por un momento me sentí loca y me pregunté: ¿si no sé quién soy, qué voy a hacer, cómo le digo al mundo, cómo me voy a mover en él? y alguien llegó y me dijo que me soltara, que soltara absolutamente todo lo que creía de mí, me dijo todo lo que era en ese momento: hermana, tía, novia, amiga, estudiante, profesora, mujer, pero lo más importante fue su pregunta: ¿acaso importa? ¿Y qué pasa si dejas de ser todo eso? ¿dejas de identificarte con todo eso y simplemente eres? Suéltate.
Extraño más que nada en el mundo esa sensación después de esas preguntas y lo putamente libre que me sentí al soltar todo. Absolutamente todo. Pero no quiero caer en la costumbre de sentirlo en un viaje con LSD. Sé que podría a llegar a sentirlo sin eso, lo hice cinco meses después. Sé que se puede hacer pero ahora estoy nuevamente tan sucia, tan llena de mierda en la cabeza que me da miedo no lograrlo, no lograrlo pronto. Liberarme un poco y liberar a todos los que tengo en mi cabeza.
Ese fue mi último viaje con L (o algo parecido, ya no recuerdo) en el 2015 y luego hablé un poco de eso acá. Quiero volver a sentirme así, no por tres horas, o tres meses. Lo quiero un poco permanente y creo que me jode la cabeza quererlo tanto.
Necesito empezar a soltar esa presión absurda en la que me metí de querer estar bien rápido. Y aprender nuevamente a abrazar mis miedos y mis inseguridades.
9.3.17
Ideas sueltas sobre el día de la mujer.
Sobretodo porque antes no lo entendía. En el colegio me enseñaron que ese día se conmemoraba la fecha de la muerte de muchas mujeres trabajadoras en una fábrica. Así, tal cual (y ni la fecha coincide, según la internet fue el 25 de marzo de 1911 y fue un poquito después de haberse proclamado el día internacional de la mujer para el 8)
Y claramente en mi cabeza de niña curiosa no cabía la idea de celebrar la muerte de esas mujeres, porque la gente no te sabe explicar, los profes no saben, nadie sabe. Punto. Así que como mujer en formación perdí todo el interés por un día que posiblemente me debería interesar más.
Ahora, siento la necesidad de escribir sobre esto porque ayer no entendí muchas de las cosas que pasaron, empezando por lo básico: ¿qué se celebra el día de la mujer? Tristemente seguimos pensando que se celebra la existencia de esa maravillosa creación de Dios y suena Arjona de fondo y todos vomitamos. NO. Eso no es.
Seguimos pensando que es el día para hacerle entender a la mujer que estamos agradecidos porque ellas existen y por eso debemos darles regalos para que se sientan bien con el hecho de ser mujeres. Y hablo un poquito de lejos, como si eso no me tocara a mí para no tomármelo como tan personal.
A veces siento que el día de la mujer es el día para reivindicar los derechos que tienen las mujeres a ser tratadas como un igual, por el simple hecho de ser un humano como el resto. Con o sin tetas, fin. Es mi derecho a ser niña y querer jugar fútbol y que mi papá no me lo niegue porque eso "es deporte para niños" (He ahí una de mis frustraciones gente, no sé jugar porque papá a los 5 años me gritó en un partido diciéndome que NO PODÍA JUGAR, porque las niñas no jugaban eso y luego toma tu balonazo en la cara para que quedara claro. #TrueStory)
A veces no. A veces no siento eso ni quiero gritarle al mundo que me siento orgullosa de ser mujer porque, ¿para qué?, no entiendo el estar orgullosa por algo como eso. A veces me siento orgullosa de ser profesora, a veces no y me critico mucho, porque ser profe puede tener un estándar, algo donde medirse, algo donde saber si estoy haciendo bien mi trabajo o no. A veces me siento orgullosa de mis sueños cumplidos, a veces no porque aún me faltan muchos por cumplir. ¿Pero sentirme orgullosa por ser mujer? Empecemos por la pregunta básica: ¿qué es ser mujer y cómo mido esa vaina, y aún más importante, cómo saber si me puedo sentir orgullosa o no por eso? El punto está en que no, creo que simplemente el 8 de marzo no es el día para sentirse orgullosa por algo tan básico (yet, really complex) como el ser mujer. Creo que si sigo ese juego estaría entrando al juego de los estereotipos y lo que la sociedad manda sobre los roles de género. Y empezamos otro círculo vicioso que nos dice qué deben hacer los hombres y deben hacer las mujeres, qué está bien y qué está mal...
Hay cosas que creo que a veces no lo entendemos porque no lo vemos (o no queremos verlo), porque por ejemplo, como generación llegamos y ya estában. Ya podíamos votar, y planificar, trabajar y estudiar como cualquier otro. Y claro, no tenemos memoria histórica, no queremos recordar que hubo (y aún hay mujeres) a quien se les niegan los derechos más básicos sólo por el par de tetas que llevan, como si eso fuera un obstáculo para ser alguien. Para simplemente ser. Y creo que a cada uno le llega su momento de aprenderlo. Yo lo aprendí leyendo Persépolis. Creo que no me había dado cuenta lo afortunada que soy al siquiera tener el derecho básico de vestirme como quiera y no verme obligada a utilizar velo como a Marji. Y aún así, me hace cuestionarme qué tan bien me ve la sociedad cuando decido llevar mi cabello como se me da la pinche gana y "no delicado y suave como el de una mujercita" o que se le critique a ciertos hombres llevar el cabello largo y bello como "el de una mujer".
El día de la mujer ayer me dejó claro que sí hay mucho aún por lo cual trabajar para la igualdad de género (no diré luchar porque esa palabra no me gusta) y que sólo me queda hacerlo desde lo que soy y con quienes comparto. Que me parece triste que digan cosas como "feliz día a todas las mujeres del mundo y a los hombres que no le ponen ají a la empanada"... es que suena hasta chistoso, pero no se dan cuenta que detrás de eso the joke is on you, guys. ¿Que ahora un hombre no puede comer como se le venga en gana una empanada?, ¿es menos hombre si no pone ají?... momento, ¿y qué carajos es ser hombre?... Y sí, es un chiste pendejo pero me pone a pensar, no sé ustedes...
El "chiste" está en seguir encerrados en esos estereotipos y tal vez no darnos cuenta y hacernos los bobos por no cambiarlo, no para un día como ayer, sino para todos los días. Que si bien la represión ha sido fuertemente marcada hacia la mujer, no nos quedemos callados cuando también se es hacia los hombres y no nos volvamos una más del montón machista que espera que los hombres de su vida cumplan con expectativas que impone la sociedad. Que no critiquemos nuestros cuerpos por un estereotipo de belleza impuesto pero que tampoco le pidamos al hombre no ser sensible y ser más racional en una relación, por ejemplo. (Mensaje para mí misma)
Sé que se me han ido palabras durante el día, llevo escribiendo este post desde las 8:30 y ya casi son las 18h. Pero hasta aquí van las ideas sueltas que creo pertinentes sacar porque no soporto más quedarme callada y necesito este espacio para expresarme. Que me parece ridículo que me digan que no tuve un buen día de la mujer porque no me dieron suficientes chocolates (True Story, again) pero que sé que no dejo de celebrar quien soy y de descubrirme y de reinventarme cada día porque así es la vida y lo hago no como mujer sino como persona y creo que cualquiera debe tener ese derecho, a vivir su vida como bien le venga en gana y ser feliz.