Declarar es muy importante. A mí me sorprende cada día ver cómo una "pequeña y simple" declaración de CAMBIO en el 2011 me tiene en tan bonitas y locas vueltas de la vida. Sí, aún me estreso y me enojo con la vida, porque la maldita costumbre ha quedado un poco. Y cuando digo poco, ahora sí es poco, pues ya no voy enojada y estresada con la vida por más de una semana. ¡Ni siquiera más de una hora! Y ahí está mi nueva paz.
Para el 2011 la navidad fue aburrida, al igual que el Fin de Año, que lo pasé durmiendo desde las 10pm hasta que plop! ya era 2012. Para el año pasado, el 2012, la navidad fue como el inicio, el catalizador o más bien el empujón para decidir el siguiente cambio: irme de casa. La verdad es que la primera vez que pensé irme de la casa apenas tenía 5 años y me frustré mucho cuando me di cuenta que no tenía una maleta lo suficientemente grande para guardar toda mi ropa, así que con resignación guardé los pocos chiros que había sacado y los regresé a su puesto. Luego luego ahí sí pensé en que tampoco tenía donde vivir, sino fuera donde mis padres... pero una a los 5 años se preocupa primero por la ropa, la comida qué.
Ya venía yo imaginándome el asunto, desde el 2011, precisamente. Sin embargo todo el pinche cuento de mis miedos y mi grandísima pereza me tenían quieta. Pero fue esa Navidad, la del año pasado, la que abrió todo. Me sentí traicionada por mi abuela y por mi papá, como si los dos realmente me debieran algo, más allá de la sangre. (Aunque nunca viví ni he vivido con mi abuela.) Luego mamá, que se vendió a sus miedos e inseguridades, y mis hermanos, junto a mis papás, que se vendieron a la comodidad. En fin, que antes de eso venía apenas el fin de año y no soporté la idea de estar nuevamente con mi papá, al que llamé hipócrita y al que mi mamá encantadísima le contó que lo llamé así. Pasé mi 31 de diciembre comiendo queso, viendo Tv con mis cuñados y mi novio. Luego Amelié apareció y olvidamos por un momento que ya era 1º de enero. Lloré, porque mamá llamó y me dijo cosas muy bonitas e importantes, y más aún, mamá me hablaba sabiendo que había un cambio en nuestras vidas.
El 2013 empezó en un nuevo apartamento, con mi familia nuevamente reunida y hasta una prima incluída. Pero ese lugar no fue mío y nunca lo será, y lo único que siento que dejé allí y que debo traerme a mi nuevo hogar, es a mi gata. El 2013 vino para cerrar este ciclo, el tercero de mi vida. Los humanos vivimos ciclos de 7 años, y el próximo cumplo mis 21 años y por eso entiendo por qué cerré tantas cosas con mi familia para empezar por mi cuenta, por qué no soy la misma pendejita de 14 años depresiva. Y estoy feliz, porque es un ciclo que cierro muy importante, y uno que inicio mucho más importante porque es mi presente.
Ojalá siga tan inesperado como siempre. Todavía no sé qué voy a hacer el 24 o el 31, después de tantas preguntas, yo sólo espero que me siga llevando a donde sea necesario estar, con mi bici, las luces de la ciudad y mis ganas de seguir aprendiendo, porque no vine a más en esta vida.
25.12.12 3am
Una que va en la bici y decide tomar una foto con sus dos manos. Just for the fun of it.
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