"...A veces creo que mi subconsciente está enterrando algo terrible en mi cabeza y la única manera de mantenerlo ahí, es callándome. Y la verdad, hoy quiero hablar. Y no, no sé de qué, pero quiero, quiero gritar cosas que ni siquiera siento, pero las quiero gritar. Quiero llorar por dolores que no son míos. Quiero soñar con sueños que no me pertenecen. Hoy quiero buscarme fuera de mí, así no sepa si ya me he encontrado.
Bogotá me está asustando en ese momento, ya han pasado varios helicópteros (o bueno, tal vez el mismo) y a la par, suena una sirena de ambulancia. Y me da miedo. Me siento perseguida, me siento herida. Pero yo no he hecho nada, y no estoy en una ambulancia moribunda.
Hoy definitivamente ando en busca de sentimientos que no son mios. A lo mejor es porque yo no siento lo que se supone debería sentir. Ya no siento"
Le escribí esto en alguno de esos e-mails diarios de los quince días de rehabilitación. Pasar de un TE AMO, a un TENGO MIEDO, del te quiero a, entre líneas, decirle que no vuelvas a mi vida. Que viviera, pero no junto a mí. Dije que te quería drenar de mi sistema, y ahí te tengo, muy afuera de mí y muy adentro, sólo puedo recordar sonriendo. No fueron dos años de mi vida vividos en vano. Gracias. Y por cierto, me quedo con mis sentimientos.
sentí algo que no siento cuando leí tu último párrafo :o
ReplyDeletequé intenso
... pasan los años y todavía me agradas bastante, ja