11.12.25

160 días.


Ridículo. No sé por qué lo hice. Todavía no lo entiendo y tal vez jamás voy a recordar la razón detrás de este absurdo. 

En algún momento de julio decidí guardar el blíster de mi medicamento. Tal vez a manera de representación visual de lo que va por mi cuerpo cada día. No creo que haya sido más que eso, y no creo que tuviera más trascendencia. ¿A quién le importa, finalmente?

Lo ridículo fue obsesionarme. Asegurarme que iban a estar conmigo. He viajado a diferentes ciudades y a otros países y he guardado los malditos blísters. Básicamente, he guardado y viajado con basura. ¿Será posible que crea que lo que estoy tomando también es basura?

Si fuera tan simple, lo hubiera dejado ya. Pero llegué al día 160 con esta basura y tampoco la dejé. En total conté blísters para 446 pastillas. Tal vez la idea de que después de 500 pastillas me sentiría diferente y me sentiría bien me hacen doler más la cabeza. Acumulé basura por 160 días y una esperanza inútil de recuperarme. 

Volver a sentir la depresión, y peor aún, sentirla tan incontrolable, tan errática, tan ajena fue tal vez peor que sentirla como la he venido sintiendo en los últimos 10 años. Desear volver al pasado y sentir el dolor que siento, como siempre lo he sentido ha sido la fantasía más ridícula de este año. Bueno, esa y otras tantas que no quiero ni pensar. Me duele mucho la cabeza de pensar. 


Can't wait for it to start again next year! Seasonal depression but make it tropical.

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