10.10.13

Me voy feliz.

Hoy me vestí de negro, de luto. Casualidad o no, el día estaba para eso. Me vestí de luto y lo único que contrastaban eran esos aretes blanco/negro que compré la primera vez que subí a una comunidad en las que trabaja Techo. Altos del Pino. Como si muy dentro de mí lo supiera, hoy me vestí de luto porque hoy, después de tantos rodeos, decidí y comenté mi decisión de renunciar a la coordinación general del plan educación. Me voy feliz porque crecí, crecí como nunca y me voy de la organización siendo otra mujer. De luto porque da un poco de tristeza y nostalgía, pero llegué al límite y mis aportes serán desde otro punto. 2013 terminará con este proyecto y espero que llegue alguien pilo para el 2014 con una visión amplia y que siga y mejore lo que está.

Me voy feliz.

6.10.13

Culpable.

Cada cosa que pasa en la vida deja una enseñanza. A mí eso de regalar libros que parecen de autoayuda me ha enseñado a perder amigos. Sí, tal cual.

Bueno, la verdad que es un estúpido juicio que saco, pero así va la cosa. Por intoxicarme a final de año de 2011 no pude celebrar el cumpleaños de "mi mejor amiga" en su casa (a una hora y media de Bogotá) porque no sólo estaba trabajando el 3 de enero, sino que al final de la labor iría al doctor a ver qué cojones me había pasado por consumir tanto vodka con jugo de naranja. Resultado: mi cuerpo dejó de absorber Vitamina A. Ohhh C'est comme ça la vie .

El caso es que unos días después (como unos veinte) nos citamos cerca de mi universidad para vernos, y luego de tener yo todo ese tiempo para leer "Te amo pero soy feliz sin ti" de Jaime Jaramillo, decidí tomarle copia y regalárselo. Sí, lo obvio del asunto allí era que la amaba y era feliz sin ella, de eso no había duda, pero el asunto era otro, la esencia de ese libro que me gustó y quería compartírselo, porque la verdad nunca supe cómo hablarle, cómo decirle a ella que me tenía cansada, aunque hubiera mucho amor alrededor, de su quejadera con la vida, de creer que todos eran culpables de su falta de sonrisas y que ella sólo era una pobre victima de las circustancias. Claro, como yo a veces soy una mierda preferí regalarle el libro, para que lo masticara por su parte y no decirle algo así para herirla y que... luego me culpara por sentirse mal.

El punto después de un año y muchos meses, es que no sé si habría sido mejor hablarlo con ella que entregarle el libro. Desde entonces no nos hemos vuelto a ver... ni a hablar. Y yo sigo siendo la culpable, y ese es el punto más fuerte que me tiene alejada de ella. Me cansé de ser la culpable, y me cansé de verla esperarme.

Me alejo porque es la mejor manera para no sentir una culpa que no me corresponde.