12.10.12

Carta abierta a "mi" ginecóloga:


Antes de iniciar, señora Valderrama, quiero que sepa que esta carta es abierta pues creo que si por el camino de este blog aparece una ginecóloga o una futura, espero que tome nota de lo que aquí estaré escribiendo.

Dado que mi citología fue un poco traumática gracias a usted y por seguir disque el sabio consejo del doctor ese que me atendió en enero y me pidió casi escandalizado que debía practicarme uno de esos procedimientos, hago ahora público mi descontento. Descontento por cierto, que demoré en demostrar no porque lo olvidase, sino porque pensé que con el tiempo se me olvidaría aquella experiencia, pero ahora veo, y dado que se supone que el viernes pasado* debí ir por los resultados que no recogí por purísima pereza, volví a recordar y nuevamente como si apenas hubiese salido de ese consultorio con esas horribles ganas de llorar y salir corriendo.

Señora y público en general, quiero que sepa que realmente era mi primera citología, que no le mentí al decirle que era una cuasi virgen y que me metan cosas no es que sea mi plato preferido viniendo de una mujer con cara de rabia y una bata azul aburrido. Créame, y se lo juro con biblia en mano aunque no crea nada de lo escrito allí, que no tenía ni idea de lo que era ese procedimiento y que por idiota tomé pensando que me serviría para otras cosas. También le soy sincera al decirle que aunque sé que de ahora en adelante se supone que debo hacer dicho procedimiento anualmente, seguramente ésta fue mi primera y última vez. Para ello, prometo ser muchísimo más cuidadosa con mi parte íntima y así evitarme otra citología. Confirmaré con los resultados que estoy bien y siempre lo estuve. Y si ha de ser necesario, falsificaré resultados cuando me venga en gana (aunque yo sepa, nunca piden pruebas de citologías en trabajos o algo así)

Quiero que sepa que soy consciente del riesgo en el que me pongo, por aquello de enfermedades y demás, y quiero que el público también en general no se escandalise y piense que practicarse una cosa d’esas es lo peor. Entiendo y tengo clarísimo que es un procedimiento necesario para la salud femenina, pero por mi parte, mis piernas quedan cerradas para ustedes. Sí, también para el público general. Además, tal vez ustedes si atinen a una cita con una buena persona.

También quiero que sepa que amo todo mi cuerpo, señora. Lo amo porque es mío, y es mío porque lo amo, aunque suene clichosudo. Amo mis senos porque no son grandes y molestos, ni muuy pequeños que no se ven. Son míos y son hechos a mi medida, como siempre he dicho. Quiero que entienda que me vale verga que se caían algún día por efectos de la gravedad y que si bien eso suceda o no, allá ellos, que ni tan pesados son como para que se caigan feo. Entienda que no utilizo bra porque me encanta la libertad de estar sin él, porque no hay bra perfecto para mis senos bonitos y que no me gustan porque para mí, son muy incómodos. Señora, es problema suyo si usted tiene los senos grandes y le incomodan, pues a mi no. ¿Ve que son bonitos? A mi no me asuste con que se van a caer y que por eso tengo que utilizar bra. Y no crea que porque le digo que son pequeños y no necesitan bra entonces soy una malagradecida con lo que “el señor” me dio. Ya muy claro dejé en renglones superiores que adoro mis senos, señora, y créame, no sólo yo estoy agradecida con ellos, muchas gracias. No vuelva a pensar ni a expresar cosas que ni he dicho.

Por último, no sea tan hija de puta. Mi experiencia en el consultorio fue 90% traumática gracias a su actitud de culo. Y perdonará usted mis palabras soeces pero ya he esperado bastantes meses para decirlas, decírselas. Su actitud fue de lo peor que he podido ver en atención al cliente, y eso que he tenido pésimos tratos en bancos y puestos de comida rápida, y con eso le digo todo. Señora, si a usted no le gusta su trabajo o nada de lo que hace, ¿acaso es mi culpa, yo la puse en esas, la obligue a trabajar allí? Es cierto que yo pedí la cita, pero no fue con usted, señora, el destino nos unió por algo, pero no porque yo quisiera, eso se lo aseguro.

No espero ninguna respuesta de usted, pero sí espero una mejor atención para las futuras pacientes que tendrá en sus manos, literalmente. Espero por favor que si  todo esto se trata de odio a su trabajo y a todo lo que hace, renuncié a él y a todo, se vaya a vivir al campo y cultive papas. La vida en el campo es bien bonita, señora. Pero si al contrario, todo se dio porque le caí mal, señora, le juro que apenas la vea, saldré corriendo en dirección contraria y le evitaré volverme a ver y no para complacerla, sino porque usted me da miedo. Miedo, le digo. Así que por su salud mental y la mía, no nos volveremos a ver.
Gracias por la atención prestada.

* Escrito en agosto algo.

9.10.12

Me preguntaron cómo vivía, me preguntaron... Somatizando dije, somaaatizando ♪


 RESPIRACIÓN = ASIMILACIÓN DE LA VIDA

      En las enfermedades respiratorias, procede hacerse las siguientes preguntas:
1.                              ¿ Qué me impide respirar?
2.                              ¿Qué es lo que no quiero admitir?
3.                              ¿Qué es lo que no quiero expulsar?
4.                              ¿Con qué no quiero entrar en contacto?
5.                              ¿Tengo miedo de dar un paso en una nueva libertad?



Resfriados y afecciones gripales
      Antes de abandonar el tema de la respiración, examinaremos brevemente los síntomas del resfriado, el cual afecta principalmente a las vías respiratorias. La gripe, al igual que el resfriado, es un proceso inflamatorio agudo, o sea, expresión de la manipulación de un conflicto. Para hacer nuestra interpretación, no queda sino examinar los lugares y las zonas en los que se manifiesta el proceso inflamatorio. Un resfriado siempre se produce en situaciones críticas, cuando uno está hasta las narices o se le hinchan las narices. Tal vez haya quien considere exagerada la expresión de «situación crítica». Naturalmente, no nos referimos a crisis indecisas, las cuales se manifiestan con símbolos de una importancia proporcionada. Al decir «situaciones críticas» nos referimos a aquellas que, no siendo dramáticas, son frecuentes e importantes para la mente, que nos producen sensación de agobio y nos inducen a buscar un motivo legítimo para distanciarnos un poco de una situación que nos exige demasiado. Dado que momentáneamente no estamos dispuestos a reconocer ni la carga que suponen estas «pequeñas» crisis cotidianas ni nuestros deseos de evasión, se produce la somatización: nuestro cuerpo manifiesta ostensiblemente nuestra sensación de estar hasta las narices permitiéndonos alcanzar nuestro inconfesado objetivo, y con la ventaja de que todo el mundo se muestra muy comprensivo, algo impensable si hubiéramos dirimido el conflicto conscientemente. Nuestro resfriado nos permite apartarnos de la situación molesta y pensar un poco más en nosotros mismos. Ahora podemos ejercitar la sensibilidad corporal. (...)
 La nariz está tapada y hace imposible toda comunicación (la respiración es contacto, no se olvide). Con la amenaza: «No te acerques, que estoy resfriado», se saca uno a la gente de delante. Esta actitud defensiva puede reforzarse con estornudos, los cuales convierten la respiración en potente arma defensiva. Incluso la palabra queda disminuida como medio de comunicación, por la irritación de la garganta. Desde luego, no permite enfrascarse en discusiones. La tos de perro denota claramente, por su tono áspero, que el placer de la comunicación se reduce, en el mejor de los casos, a toserle a alguno. (...)
      
      Nosotros tratamos de expulsar una porción de estos problemas en forma de mucosidad purulenta, y cuanta más expulsamos más alivio sentimos. La abundante mucosidad que al principio todo lo obstruía y que congestionó las vías de comunicación debe diluirse a fin de que algo empiece a moverse y a fluir. Por lo tanto, cada resfriado hace que algo vuelva a moverse y marca un pequeño avance en nuestra evolución. La medicina naturista, muy acertadamente, ve en el resfriado un saludable proceso de limpieza por medio del cual se eliminan toxinas del cuerpo; en el plano psíquico, las toxinas representan problemas que también se resuelven y eliminan. Cuerpo y alma salen de la crisis fortalecidos, para esperar la próxima vez que estemos hasta las narices.

Tomado de aquí.

Y pues sí, así se me hace más fácil explicar el porqué de mi ausencia. Creo que lloré hasta parte de mi cerebro en Junio. Pero ya pasó junio y sus enseñanzas queridos compatriotas y no. Y la tos, que soñaba con jubilarse conmigo, decidió partir por la cordillera de esta gran ciudad en agosto. Si supieran lo feliz que me sentí cuando me di cuenta que ya no tosía. Eso es felicidad (y otras tantas cositas). Volví recargada (no de mocos), con ganas de querer y de hacer lo que se me antoje. A eso se debe que este blog ya no sea negro funeral y empiece en negativo. Hoy sí quiero, porque sí y punto. ¿Qué quiero? No sé, cada día es para inventarselo y hoy me invento que me gustan las palomitas que vueltan en este blog, el azulito del fondo y la crespa pelirroja del espejo todas las mañanas :)

¿Quién dice que no? Joder. 

PS: Gracias a quienes ahora me siguen, a quienes me rogaron por volver y se ofrecian desnudas por Skype (mira Clauch que la oferta estaba tentadora y todo)