28.1.17

When I was...

No sé cómo empezar este post. Nace porque después de un buen tiempo sentí que podía leer esto, lo hice y ahora estoy temblando. Para mí este tema es crítico y me lo tomo personal porque lo es, porque me pasó y por mucho tiempo.

No viene al caso escribir cómo, por qué o cuándo me sucedió, me sentí muy identificada con esa historia porque cosas similares me pasaron y el silencio es espantoso. El asco que viene después y el horror, ni para qué lo digo.

Si me preguntan si soy feminista digo sí. Incluso cuando sean hombres los que me pregunten y juren hasta los huesos que los odio, porque "eso hacen las feministas". Lo soy por múltiples razones, por mis historias y por este Ted talk con Chimamanda Ngozi Adichie. Todos, incluso los hombres deberían ser feministas, porque ellos también están presionados a seguir roles y patrones culos de género impuestos por who knows who.

En fin, estoy en shock por lo que leí sobretodo porque odio el puto victimismo en el que vivimos pero sobretodo detesto que la víctima sea siempre la culpable. En todo. Es ridículo que vivamos en una sociedad en donde te roban la bici, el celular, la dignidad y es tu pinche culpa. Por "salir en bici y no en otro medio, por sacar el celular en la calle, por ser persona y vivirrrr". ¿No son argumentos muy estúpidos?  Esta semana a una estudiante que quiero le robaron mucho dinero de su locker y la respuesta de la directora de primaria fue: ¿quién te manda a traer tanto dinero acá?

¿PERDÓN?

Esta semana alguien tuvo un acercamiento bastante "fuerte" hacia mí y lo que más me dejó pensando fue que me reenviara una foto que publiqué mía en el pole, haciendo una figura después de mucho tiempo de esfuerzo. Me hace preguntarme: ¿soy yo, estoy dando señales al aire, insinuando quién sabe qué para qué me caigan (o busquen algo conmigo)?  Y me doy cuenta que estoy jugando el mismo juego de culparme, de decir que si alguien se insinúa es por mi culpa, porque yo lo provoqué, porque quién me manda a mí subir esas fotos "tan provocativas", quién me manda a mí mostrar tanta piel... y vuelve y juega.

Es automático caer en ese juego tan sucio y más si lo haces inconsciente y te dices a ti mismo: "sí, quién me manda a..., es mi culpa". Culpa y pecado son dos de las palabras que más odio del español por todo lo que conlleva y el peso que no hace cargar sin necesidad. Cuando se asumen las cosas con responsabilidad, la vida toma otro giro y creo que en cierto punto cuando asumí esos hechos con responsabilidad y no con culpa, no volvieron a suceder.

Sinceramente no sabría cómo decirle a una víctima de violación que asuma ese hecho con responsabilidad y no con culpa, he visto lo difícil que es, he visto cómo se sufre, pero es necesario.

Y ahora no sé cómo terminar este post, se me vuelve muy emocional y no puedo escribir más porque aún me duele todo esto, porque aún tengo una niña interna herida con tanto machismo y tanta injusticia. Se me hace a veces imposible controlarla y evitar que llore.

25.1.17

Papá.

El primer amor de toda niña es su papá. Si no es cierto, al menos sí es mi caso. Cada vez que mi papá me dejaba en el jardín lloraba hasta que él volviera a recogerme porque nunca quería alejarme de él. Aún lo recuerdo porque él lo sabía y alargaba más mi "sufrimiento" al entrar conmigo al jardín y hacerme creer que se quedaría un poco más.

Papá lo fue todo para mí y lo que él dijera era la ley. Me consentía y me acercaba a todas las experiencias que ahora son significativas para mí. Como que me guste mucho conducir porque él me llevaba en sus piernas al volante y yo juraba que quien conducía era realmente yo. Que comprara mi primera bici y saliera conmigo todos los domingos (sólo él y yo) para pasear por ahí, y ahora no haya quién me pare al rodar en mi bici. Como que me gusten mucho las galletas porque papá todas las noches al guardar el carro me regalaba galletas y no sabía que me emocionaba más, si su llegada o las galletas. Maybe both. Como que me leyera, no cuentos infantiles sino la nueva edición del Reader's Digest en español y me dejara intrigada con las historias que aparecían allí y ahora me guste mucho la lectura aunque no sea precisamente esa revista.

Papá ha sido la persona más importante de mi vida, y ni diré que para bien o para mal, porque no hay dualidades acá. Papá ha sido la persona más importante de mi vida y punto.

Ayer cumplió años y aunque sentí que el 2017 sería una mierda para él (sí, lo pensé, así) me conmovió saber y sentir el cambio que hay en él. Papá no ha sido justamente la persona más abierta del mundo, ser vulnerable le cuesta y expresar su sentimientos, qué te digo. Esa coraza tan fuerte e "indestructible" ha hecho difícil muchos años y su orgullo no lo tiene precisamente celebrando sus 64 desde la jubilación fumando una pipa y... bueno, no sé qué hacen los viejos jubilados, lo siento. No recuerdo cuando fue la última vez que decidí dejar de celebrar su cumpleaños porque su antipatía a dicha fecha y su grosería hacía imposible que su pequeña (yo y luego mi hermanita menor) le celebrara al primer hombre de su vida. Pero las cosas fueron cambiando y tal vez desde los 60 hemos celebrado su vida, porque papá es papá.

Ayer cumplió años y pude llamarlo con todo el amor del mundo para celebrarlo y sentir reciprocidad al otro lado de la línea, y sobretodo agradecimiento a la vida. Papá me dijo que estaba... no recuerdo ni las palabras porque ni él podía expresarlas (es todo un niño chiquito) pero era algo así como "felicidad" porque todo el día "no dejó de sonar el teléfono, me llamaron muchas personas". (Cabe aclarar que a papá nadie lo llamaba, no fui la única que se alejó con su antipatía cumpleañera...)

Se me eriza la piel de saber que papá empieza un nuevo año sumamente emocional y desde otro punto de su vida, más abierto y más feliz. Eso quiero creer.

1.1.17

Por un año incómodo.

Cuando declaré cambios hace seis/siete años no me imaginé estar acá, ser quién soy ahora. Pero el planeta va muy rápido y simplemente hoy, 1ero de enero de 2017 puedo decir (sentir) que no soy la misma de hace un año.

Sé que la experiencia de hace un año casi suicida me marcó enormemente, tal vez como mi acompañante no se habría imaginado ni habría querido. Igual no importa, mis cambios son para mí y por mi bien. Consecuencias hay y las acepto. En fin, hoy tengo miedo porque no quisiera repetir ciclos. Quiero sentir que este año de verdad puede ser diferente. (Como medio planeta en este momento, lo sé)

No quiero sentir ese miedo de enero que me da, ni esa depresión de febrero estúpido para luego sentirme diferente y renovada en marzo porque básicamente ahí empieza mi año nuevo de verdad. ¿Será que esos ciclos cósmicos los puedo cambiar?

Confieso que tengo miedo porque por cuatro años tuve a alguien que me acompañara en esos momentos, aunque no supiera nunca en realidad lo que sentía ni cómo lo sentía. Aunque yo muriera de ansiedad en la noche y él simplemente durmiera tranquilamente al lado mío.

Ese es el puto problema con la costumbre, hace que me sienta cómoda y no quiera a veces cambiar... Ahora que lo pienso tal vez eso es lo que necesito, este cambio y esta pequeña soledad para aprender a lidiar con esos ciclos y quizás cambiarlos por fin.

Qué bueno volver a escribir para depurar estos pensamientos. Ojalá el 2017 venga con muchísima incomodidad para cambiar todo eso que quiero y que en la comodidad no podré cambiar jamás.