27.2.16

Blanco - Negro

Tal vez cada año me reinvento. Tal vez cada año me invento una excusa para no ser feliz. Las opciones son todas, de hecho y creo que las respuestas son todas correctas también. No sé qué me estoy inventado ahora para no ser feliz, pero ha de ser algo bien huge, algo disque importante, como para tenerme con la cara más larga los últimos fines de semana. Debería tomarme una foto diaria, una semanal tal vez y ver los cambios y, tal vez, encontrar la fecha en donde me empecé a sentir tan miserable. Hombre, porque no sé, no tengo ni idea.

También quisiera saber desde cuándo me duelen los ojos, desde cuándo siento una película sobre  mis ojos que no me deja ver de lejos y hace ver todo tan borroso. Desde cuándo empecé a creer que de verdad mis ojos necesitaban ayuda. En fin, no viene al caso.

A veces creo que es porque no quiero ver el futuro (ah, ¿a poco no, mi psic?), pero si ese fuese el caso: ¿cuál futuro? ¿CUÁL? ¿Que acaso controlo el futuro, soy dueña de lo que pasa en el universo y, como si faltara poco, controlo cada detalle de mi vida? Pos a ver, ¿quién carajos me creo yo como para no querer ver algo que ni siquiera conozco, ni siquiera sé? (Ah, mi amiga ansiedad)

Yaaa no sé ni lo que estoy pensando porque sé que estoy llenando mis espacios de ruido, demasiado ruido. Mi trabajo, el mayor ruido, el que ocupa 5 días de la semana. Mi mayor excusa: "No tengo tiempo para pensar, estoy trabajando, trabajo con niños, mucho tiempo, muchas cosas por hacer, bla, bla, bla". Es increíble que me crea esa basura, pero así soy yo, creo cualquier cosa que me sabotee la felicidad. Y hombre, no digo que mi trabajo no haga parte de mi felicidad, na,na,na, digo que me estoy distrayendo de la vida misma dándole un peso muy grande a mi trabajo como para no poder disfrutar las noches cuando llego a casa. Pero así es, llegar a casa con cara de "me quiero morir, hoy dije lo mismo, los niños dijeron lo mismo, o bueno, al menos esta vez ya lo dicen en inglés y no en español, yupi por mi, la ticher", llegar con cara de : "no me hables, no me mires" y no poder evitarlo porque vives con el hombre de tu vida y tú, con tu cara de: "me vale madres la vida, ¿por qué nací?" pffff, no me entiendo, o sea, no sé cómo soy tan estúpida para sabotearlo todo tan así.

Tengo la cabeza en un lugar que no es productivo y mucho menos atractivo, un lugar que está putamente aburrido de la vida, un lugar que quiere descartar cualquier idea para ser feliz. Un lugar en donde quiero estar sola incluso de mí. No me quiero cerca, ni un centímetro. Iugh, me odio un poquito. Y luego me pregunto: ¿Qué hago? No quiero seguir así, yo no soy así, algo está mal, necesito corregirlo. Y la palabra mal empeora todo porque me obliga a ver todo blanco y negro, y yo estoy en lo malo, en lo negro, y tengo que llevarme al blanco, a lo bueno, pero debo preguntarme una y mil veces cómo llegar allá y me encuentro en la misma situación donde digo que no sé cómo llegar allá, que de hecho no sé dónde queda lo blanco, lo bueno, donde debería sentirme mejor. Y luego llega mi coach de noviembre y me dice: "¿mejor?, mejor es una comparación, y se hace desde el pasado, es decir, no estás viviendo en el presente, en el ahora". Y yo digo: "Fuck, eso ya lo sé, no me lo recuerdes you fucking moron, I know that already, I just need to fool myself, I just need to pretend I know nothing" Y luego me doy cuenta, que sieeempre, como quien hace las preguntas para confirmar lo que ya sabe, me doy cuenta que sé que no hay blanco ni negro, que están juntos, que están dentro de mí, y que blablabla.

Frustración. Nada me molesta y me frustra más que saber que tengo la respuesta y no hago nada al respecto. (¿Podría sabotearme más?). Hoy, después de dos meses, tengo una noche solita para mí. Hoy voy a estar conmigo, aunque no me guste, hoy voy a dejar de llenarme de ruido, porque siento un vacío muy grande, muy grande en mi pecho, pero hoy me voy a dar el permiso de sentir el vacío. No lo voy a evitar, allí está y me da miedo. Está, pero nadie me dijo que tengo que llenarlo. Ese vacío lo puede ser todo y quiero experimentarlo.

Recuerdo los sábados en la noche allá en el 2009, recién cuando empecé a escribir en Blogger y me drogaba con té de guaraná. Esos sábados en donde el vacío, ese que ignoraba en la semana se hacía más intenso en la noche donde todos dormían y yo estaba sola con mis propios pensamientos. Recuerdo que los domingos me levantaba con la satisfacción de haber descubierto algo nuevo de mí.

Mañana es domingo, siempre me gusto descubrir cosas nuevas los domingos.