29.10.11

Pide.

Lo he sabido desde siempre. Todo lo que quieras y pidas se te dará. El universo es así de perfecto. Que sueñes tan pequeño que el universo no te pueda dar nada, hey, no puedes culparlo a él, hazte responsable tú de ello. 

Que hayas querido estar sola, comerte tus palabras y engordarte con ellas, hey, también es tu elección. Que no haya en quien confiar, tú le pediste al universo esa soledad. Esas noches de palabras amargas, viejas y ya conocidas. Las tuyas, las de siempre.

Simplemente no te quejes.

27.10.11

Capítulo 7.


    Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

     Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.


Rayuela. Julio Cortázar.

12.10.11

Acero.

Para animar a mis 'amigas' no encontré otra forma que insultar a una compañera. (Dime que no fue así, y sabremos que mientes)

Dejarla a un lado y juzgarla fue más fácil para mí que comprenderla y tenderle una mano de ayuda y apoyo. Y para cuando ya no importaba nada más, mi psicóloga me contó que dos días antes esta niña, de tan sólo 14 años (como yo) había tomado el arma de su papá y se había suicidado.

Soy consciente que hoy no puedo hacer nada al respecto, y de remordimientos tampoco puedo vivir, aunque sé que pude haber hecho la diferencia. Pude salirme de la corriente del insulto y el maltrato en el que ella vivía y decirle que no estaba sola. Tantas cosas pude hacer y no hice nada, y sé que ahora ya no valen de nada porque ella ya se fue. ¿Aprendizajes?: Todos.

Que si juzgar e insultar es más fácil, entonces haré lo más sencillo y seré aporte para personas que lo necesiten. La historia de Andrea, en mi vida, no se vuelve a repetir. Tal vez yo sola no la iba a "salvar", pero tampoco habría permitido que se fuera como lo hizo. 

¿Te permitirías dejar ir a una 'Andrea' de tu vida?